¿Cuál es el impacto del uso de lentes en un niño(a)?
Siempre hay que tener presente que cuando a un niño le recetan el uso de lentes por primera vez, puede existir un impacto en lo emocional y en lo social. Tanto los padres como el propio niño suelen tener sentimientos encontrados para adaptarse a la nueva realidad.
Lo indicado es que los padres, y todos los familiares, deben ayudar a los menores a aceptar e incorporar las gafas como un nuevo accesorio de su rutina diaria.
Adaptación familiar
Cuando al niño le recetan el uso de anteojos, el primer ambiente en el cual el niño estrenará la nueva experiencia es en el hogar. Ese impacto debe estar rodeado de alegría, felicitaciones por el éxito del nuevo alcance visual, y mucha emoción de sus seres queridos. Es importante que al niño le llegue el mensaje familiar del gran logro que significa recuperar la buena visión, y conocer el mundo bajo una mejor perspectiva.
El niño va a ser más feliz al ver bien. Y los padres también deben estar más felices y agradecidos. Los temores o sentimientos negativos que tienen los padres pueden ser trasmitidos a los hijos. No permitan que los niños lo perciban.
Un sentimiento común entre los padres es el temor de que sus hijos se sientan avergonzados o mal porque necesitan el uso de gafas. Ese temor es de los adultos. El niño quizás ni siguiera lo ha pensado. Que no oiga ni un solo comentario negativo, sino todo lo contario, la emoción de la nueva forma de vida.
El día que su hijo estrene las gafas, por favor haga una celebración familiar. Que toda la familia festeje ese día. Que se refleje como un éxito.
Los pensamientos de los adultos: ¿y si los pierde? ¿y si los rompe? ¿cómo se verá su cara? ¿Se burlarán los compañeros?, deben ser eliminados. Son sentimientos triviales, que se ven insignificantes ante la nueva realidad de tener un niño con buena visión. Mejor enfoquemos el pensamiento en: ¿Cuánto tiempo ha estado mi hijo sin disfrutar de ver el mundo? ¿llevaría mucho tiempo viendo borroso? ¿Por qué no lo ayudé antes? Pensemos en el futuro maravilloso que se le abre al niño.
Adaptación física
Las gafas representan una nueva parte de su cuerpo, de su cara. Deben encajar bien. La montura debe ser adaptable y resistente, de acuerdo con la edad del niño, y la actividad que desarrolle a diario. Deben estar bien ajustadas, y al mismo tiempo ser cómodas. Los niños más grandes deben involucrarse ellos mismos en la selección de las gafas. Es una actividad tan o más importante que escoger un vestido o unos pantalones. Las gafas se llevan todos los días. Deben ser a su gusto.
El día de la compra y la prueba es un día largo. Quizás el niño requiera probarse varios modelos, dejárselas puestas un buen rato y observar la reacción, posibles marcas en la piel, etc.
Una vez recibidas las gafas que usará definitivamente, el niño debe tomarse su tiempo para adaptarse a caminar y realizar todas sus actividades con el nuevo instrumento. Y eso requiere el apoyo familiar. Acompáñalo hasta que asuman las gafas como parte de su vida. Si las gafas son de buena calidad, con buen ajuste, y del estilo y diseño que le guste al niño, las usará con comodidad, porque notará el cambio de su visión al usarlas.
Si transcurre el tiempo, y no se logra la adaptación o hay mucho rechazo, llama a tu especialista en oftalmología pediátrica, quien aconsejará los mecanismos que ayudarán a facilitar el hábito de uso.
Adaptación emocional
El sentimiento que se debe contagiar al niño es de felicidad y agradecimiento por ver bien. Las gafas deben ser a la “moda”, para que el niño sienta que se ve bien.
Para evitar rechazo, debemos comunicarles a los niños -según la edad- que las gafas pueden ser un instrumento de magia para ver bien el mundo, o pueden ser el distintivo de una persona muy inteligente, o puede ser una característica importante de algún héroe o personaje que admire, incluidos familiares. Puedes buscar en internet material de comics e historietas que tratan sobre personajes con gafas, demostrando lo geniales que son.
El niño debe sentir la comparación del uso de gafas con todo lo mejor que pueda pasar por su mente.
Adaptación social
Probablemente, el niño puede tener temor a como reaccionen los amigos, pensará que se va a ver diferente. La actitud positiva de los padres puede ayudarlo a superar el impacto. Pero los padres deben estar atentos a reacciones, como si después de alguna actividad rechaza el uso, si se las quita siempre en determinados momentos, etc. Quizás algo le molesta y no lo dice. Debe adaptarse al cambio en la sociedad en la cual él se desenvuelve, cuyo ambiente puede ser muy cruel.
Debes estudiar alternativas, como tener modelos de gafas adicionales para deportes o permitirle, al principio, horarios de uso de gafas por horas.
Cuando sienta que el mundo deja de ser borroso, cuando experimente mejoras en el rendimiento escolar, querrá usarlas continuamente.
¿Qué dicen los estudios científicos?
Desde hace muchos años se han realizado estudios sobre la adaptación de los entornos familiares de los niños que usan gafas.
Las noticias son buenas. Los estudios de los niños que necesitan gafas y comienzan a utilizarlas, revelan muchas ventajas y positividad para el entorno familiar y el bienestar infantil.
Un trabajo realizado desde la década de los 70 del siglo pasado -sí, leíste bien, desde hace tiempo hay preocupación sobre cómo impacta el uso de lentes- se planteó la pregunta: «¿Difiere la autoimagen de los niños que llevan gafas de la de los niños que no las llevan? El método experimental consistió en una prueba estandarizada psicológica de autoimagen, a 174 niños en edad escolar. Se comprobó que los chicos que llevaban gafas dieron mediciones más altas, tanto de autoimagen como de apariencia física (Lavin, 1978). ¿Qué quiere decir? Que tu niño aumenta la autoconfianza y se ve mejor a si mismo al utilizar gafas.
En un trabajo más reciente (Walline y colaboradores, 2008), evaluaron el pensamiento de los niños sobre los compañeros que usan gafas. El estudio incluyó niños de 6 a 10 años. El principal hallazgo del estudio es que los amigos no juzgan a los compañeros basados en el uso de gafas, sin embargo, perciben que los niños que las usan parecen más inteligentes. Esta visión la pueden haber captado por las imágenes de los nerds inteligentes, que usan lentes. Otro resultado interesante de este trabajo, es el hecho de que tengan o no tengan lentes no cambia la actitud de los niños sobre la decisión de jugar o no con ellos, ni sobre el atractivo (Walline y colaboradores, 2008).
Un trabajo más reciente incluyó a padres, maestros y estudiantes de tres escuelas primarias. Los resultados permitieron concluir que las gafas pueden tener un impacto positivo en las familias, los maestros y los estudiantes, al mejorar significativamente, tanto la salud infantil como el rendimiento académico (Dudovitz y colaboradores, 2016).
Por todo lo anterior, recuerda, el uso de gafas para corregir problemas visuales mejorará el rendimiento de tu niño, y puede contribuir a incrementar su autoestima. Ayúdalo a conseguir esos objetivos, y ante cualquier problema no dudes en consultar con regularidad al especialista en oftalmología pediátrica de tu confianza.
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Referencias
Lavin, A. (1978). La imagen que tienen de sí mismos los niños que llevan gafas. [Tesis Colegio de Optometría, Pacific University, Oregon, USA). Disponible en https://core.ac.uk/reader/212800180
Walline, JJ, Sinnott, L., Johnson, ED, Ticak, A., Jones, SL y Jones, LA (2008). ¿Qué piensan los niños sobre los niños con anteojos? Óptica oftálmica y fisiológica: la revista del Colegio Británico de Ópticas Oftalmológicas (Optometristas) , 28 (3), 218–224. https://doi.org/10.1111/j.1475-1313.2008.00559.x Disponible en https://europepmc.org/article/PMC/4707039
Dudovitz, R. N., Izadpanah, N., Chung, P. J., & Slusser, W. (2016). Parent, Teacher, and Student Perspectives on How Corrective Lenses Improve Child Wellbeing and School Function. Maternal and child health journal, 20(5), 974–983. https://doi.org/10.1007/s10995-015-1882-z Revisado en https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10995-015-1882-z